Son tiempos singulares en México, el cambio de poder tiene el río revuelto, al parecer la clase política del país carece de creatividad y su ética es cuestionable. No tengo claro ningún proyecto de país, sólo veo a los diversos grupos con poder haciendo lo posible para retenerlo y ganarlo. Pero lo posible es francamente lamentable, lo posible son las prácticas del pasado, la corrupción, que no se cuestiona sino que se “normaliza” y así se justifica silenciosamente. Se están despilfarrando los recursos resultado del trabajo de los mexicanos.
La brújula está equivocada, el aletargamiento social es apabullante, el sistema educativo nacional es desarrollado por las dos televisoras. Por eso el despertar de un sector de la juventud mexicana, su muestra de pensamiento reflexivo, de análisis de la realidad, es lo que hace falta en este México del 2012. Muere Fuentes y con él se va una de las voces que nos conectaba con ese gran periodo creativo del siglo XX iniciado con la Revolución Mexicana.
Inevitablemente el 68 retorna con fuerza a nuestras mentes y corazones… aquel año inició el México de hoy, y el proceso continua sin concluir. Son poderosas las fuerzas que se resisten a entrar en una verdadera democracia, hacen todo lo posible por excluir del círculo de poder al que no comulge con sus intereses, pero la dinámica compleja de la sociedad ha abierto múltiples escollos en los blindajes y candados del viejo sistema… La entropía y la fricción son enormes, pero nuestra sociedad tiene altos niveles de resistencia, el sistema funciona no funcionando, se mueve como una especie de cancer que sobrevive a costa de la vida del organismo.
Las redes sociales son una de las principales vías para abrir la democracia más allá de los simulacros televisivos, las turbulencias que estamos viviendo pueden dar inicio a un nuevo orden, nada está dicho y la moneda está en el aire. México en verdad necesita enraizarse fuerte en su profundidad insondable, sin embargo, lo superficial quiere dominar las mentes de los hombres. La crisis en nuestra sociedad refleja la crisis interior de las personas, huelo en el ambiente un fuerte olor a falta de auto-conocimiento y otro fuerte hedor a auto-engaño, buscamos fuera lo que está adentro, estamos desorientados, pero al mismo tiempo todo puede sincronizarse, un momento de autoconciencia colectiva donde se vuelve posible que cada uno materialice su ímpetu creativo enriqueciendo a la comunidad.