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BICENTENARIO Y SERPIENTES EMPLUMADAS 4

Huehueteotl, el abuelito Fuego.

Cuando, hace miles de años, el ser humano tuvo control sobre el fuego por primera vez su existencia se transformó para siempre. Con el fuego, el hombre tuvo la fuerza para conjurar los poderes de la noche que por milenios lo habían dominado y acechado constantemente. Con el fuego, el ser humano se hizo más humano, haciéndose consciente de que el fuego externo reflejaba el fuego interior, el fuego del espíritu.

Huehueteotl es el nombre del Dios del Fuego, del venerable Abuelito Fuego. Este nombre en lengua náhuatl quiere decir literalmente “La Vieja energía sagrada”,  ancestro primordial de todas las otras manifestaciones de lo sagrado.

El Abuelito Fuego es otro de los orígenes de México y desde el 600 a.c. hasta la llegada de los españoles, se le representó en como un hombre viejo y jorobado sentado con las piernas cruzadas y sobre su cabeza o espalda un recipiente para el fueguito.

Hasta el día de hoy la ceremonia del Fuego sigue siendo fundamental para los indígenas de la antigua Mesoamérica, para los quiché de Guatemala o los huicholes, el fuego es esa energía primordial que purifica y transforma, es espejo que permite al hombre el auto-conocimiento. En el famoso Mito de Teotihuacán el fuego sagrado es el principio del Tiempo, los hombres dioses se ofrendan a él y resurgen transformados en el Sol y la Luna, resurgen transformados en los astros que marcan el ritmo vital del Universo.

alberto.aveleyra@gmail.com