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BICENTENARIO Y SERPIENTES EMPLUMADAS 8

Por mi raza habla el Espíritu.

Por mi raza hablará el Espíritu, el águila y el cóndor unidos vía el conocimiento, Latinoamérica nuestra hermanada por el saber. El lema de la Universidad Nacional Autónoma de México se hunde en las profundidades de nuestro ser. Cuando José Vasconcelos lo acuñó estaba pensando en su Raza Cósmica: la raza engendrada en Latinoamérica, fusión y mestizaje de las cuatro razas tradicionales, un nuevo tipo de ser humano, un ser humano verdaderamente planetario. Esta nueva raza-civilización conquistaría el mundo con sus ejércitos, pero estos serían de educadores y su arma… la cultura.

Mucho tiempo ha pasado desde que el gran Vasconcelos escribió sus extravagantes ideas, cien años han pasado ya de la fundación de la UNAM. El día de hoy, sin la Universidad, México es un signo indescifrable, incomprensible. La Universidad ha forjado a los grandes hombres de nuestra nación, la voz de la UNAM representa la conciencia profunda de nuestro gran país, representa la sensatez en medio de las orgías de estupidez en que nos encontramos envueltos.

La UNAM representa lo mejor de nuestras tierras y la esperanza para miles de jóvenes, se trata del espacio predilecto para la comunicación entre generaciones, es el lugar de la cultura, del arte, de la investigación.

En las aulas de la Universidad pasé de los mejores años de mi vida. Mis maestros me mostraron un mundo que no conocía, me enseñaron a develar dimensiones desconocidas de la realidad a partir de la reflexión y el pensamiento crítico. Siempre he pensado que llegará el momento en que el lema de la UNAM se escribirá en tiempo presente: POR MI RAZA HABLA EL ESPÍRITU… ¡Qué viva la Universidad!

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